Es tanta mi fe, que no le pongo acento
La regla es sencilla, pero acentuar las palabras de una sílaba suele presentar serias dificultades: “dio”, “ti”, “fue” y “fe”, por citar algunos ejemplos, con frecuencia se acentúan sin necesidad. Quizá falte saber por qué algunas no se acentúan, cómo saber cuáles sí y en qué circunstancias no; veamos: