Mes: agosto 2020

Es tanta mi fe, que no le pongo acento

La regla es sencilla, pero acentuar las palabras de una sílaba suele presentar serias dificultades: “dio”, “ti”, “fue” y “fe”, por citar algunos ejemplos, con frecuencia se acentúan sin necesidad. Quizá falte saber por qué algunas no se acentúan, cómo saber cuáles sí y en qué circunstancias no; veamos:

La pose y la foto

—A ver; dígame, pero sea breve, por favor; en diez minutos tengo una reunión… —apuró Samuel—. Es más; de una vez le digo lo que tenemos disponible de la Secretaría de las Artes: le puedo ofrecer a Joaquín Pantoja, es un guitarrista que canta pirekuas; el grupo Purembe, que toca música p’urhepecha y…

El traje nuevo del Instituto

Bueno, quién sabe si en lo íntimo de la vida de los indígenas, permanentemente discriminados, subempleados y mal pagados, ocurran cosas así; en la vida pública el discurso es “menos cruel”: “Nunca hemos quitado el dedo del renglón”, “Los mexicanos tenemos una gran riqueza en nuestro pasado indígena”…

Male Severiana

Atribuida a un autor anónimo (incluso por Néstor Dimas, autor, como se ha dicho, del estudio más amplio sobre el tema), Severianita, como también se le conoce, es una pirekua que da entrada a imágenes literarias que son más de la canción mexicana: embriagarse por una decepción amorosa y hacer que ella lo sepa…

Cuentos de la crisis

«Al abordar el camión, que venía repleto, abracé mi pan como si llevara un niño, para protegerlo de las apreturas y los empujones. Un frenón repentino, y que voy a dar contra el gentío. ¡Ay, mi pan! No me importaron los pisotones ni los insultos….

¿Dejar qué cosa?

Si preguntamos qué es lo que no sirve, según el aviso, es el timbre; qué es lo que hay que tocar muy fuerte, el timbre, y qué es lo que hay que dejar en el 64, el timbre. El error está en la palabra ‘dejarlo’, que significa que el objeto es el timbre, pues en el enunciado no se menciona otro objeto…

Los modos del moderador

…He aquí algunas reglas que quizá le sirvan, si está buscando un moderador o está a punto de aceptar una invitación para serlo. Funcionan también para un conductor de radio y para un maestro de ceremonias, esos seres que encuentran en su encomienda para conducir un acto público la mayor dificultad, esas personitas que cuando moderan, se hace necesario que alguien que los modere…

¡Aquí ya no contamos!

Andrea se aproximó para recibir al recién llegado, que, sin soltar su violín, recorrió con la mirada los rostros de los presentes. Consuelo, acomodaba las flores que Sara, la esposa del recién llegado, le entregó…