Lexington anapu tsitsikicha
LETRALIA N.7
Ismael García Marcelino
La interpretación es una grabación hecha en Estados Unidos con el acompañamiento de dos guitarras y el violín de Andrea (para quien, más tarde, Atilano compondrá “Andreaita”), una violinista integrante, según parece, de Los Cenzontles, un grupo mexico-norteamericano que exhibe con muchas dificultades música tradicional mexicana. En la grabación se oye a Andrea haciendo contra-alto.
Flores de Lexington, donde Atilano recrea su vista con las mujeres que en aquella provincia norteamericana encontró, es una pirekua donde transluce la búsqueda de aventura y se legitima el gusto por cantar a las flores, que, ‘por más que blancas’, no las va a preferir sobre las de su natal Jarácuaro: “na uékae jarhatiicha uarhitiicha jarhani sesi jarhatiicha urapinharhicha ia”. Lo mismo que como pireri ha cantado a las flores de la Cañada o la Meseta, nada raro es que cantara a las flores de Lexington. Tampoco es raro que otros músicos se enamoraran de su música y su voz en Estados Unidos.
Los hermanos Pedro y Atilano López Patricio, tienen en tata Gervasio, su padre, y en Nicolás Bartolo Juárez, una base importante para la tradición musical que mejor identifica a la otrora isla de Jarácuaro.
Los muchos viajes al extranjero que, tocando para la danza de viejos, hizo tata Gervasio López con la orquesta de la que Pedro y Atilano formaron parte, debe de haber sembrado en ellos un personal interés en volver a los Estados Unidos.
Lexinton anapu tsitsikicha
Xani sesi jánteka ia arini irietani jimpo
xani amparhaticha tsitsikiicha tsiparhuk’a ia
ka juchat’uchka ia ixo ísiksi jámaxaka ia
arts’ini tsitsikicha exeaparini
Lexingtoni isi anapuechani.
Ka pari ji k’oruni no jurarkuaka ia
juchiti mamacitani ia
na uékae jarhatiicha uarhitiicha jarhani
sesi jarhatiicha urapinharhicha ia.
Flores de Lexington
Qué bien está este pueblo
y qué lindas flores florecen ya
y nosotros pues por aquí andando ya
viendo esas flores
a las de Lexington…
Y yo por mi parte no voy a abandonar
a mi malecita ya
qué más da que haya lindas mujeres
bellas de rostros blancos…