La Biblioteca del ISSSTE inició, en marzo de 1999, una colección que incita a la lectura por su nombre: ¿Ya leISSSTE?, dentro de un proyecto de fomento de la lectura, imprimiendo 20 mil ejemplares de cada título de la colección, ofertándolos a bajo precio (10 pesos) o, de plano, regalándolos.
En junio del 99 apareció el libro Memorias del verano, del escritor chihuahuense Carlos Montemayor (Parral, 1949),[1] en el que se incluyen tres de sus poemarios: Una mirada clarísima, Arte poética y De memoria.
También cuatro ensayos: La traducción y la poesía, La poesía de los goliardos, Notas sobre la poesía de Efraín Huerta y El oficio literario.
Novelista, dramaturgo, poeta, cuentista, ensayista y cantante, Montemayor obtuvo el premio Xavier Villaurrutia con su libro Las llaves de Urgel.
Entre sus numerosas publicaciones están Abril y otros poemas, Mal de piedra, Carmina Burana y Guerra en el paraíso.
Buen poeta es no sólo el que sabe escribir bien, que es eficaz con sus palabras e imágenes, que tiene originalidad y múltiples recursos idiomáticos, sino aquel que sabe utilizar todas sus herramientas e imaginación para atrapar lectores.
Montemayor supo hacerlo y lo demuestra en este libro, que se enchufa de inmediato sobre todo con lectores jóvenes, porque habla con el lenguaje de la juventud y la imaginación que abarca todas las edades.
Así, en Arte poética I dice: «…trato de comprender lo que desconozco, y que intento decirlo, a pesar de todo.
Como si ignorar fuese también una forma de comprender.
Como si siempre recordara que la vida no es una frase ni un nombre ni un verso que todos entienden».
Memorias del verano nos muestra una parte del quehacer literario de Carlos Montemayor, quien ha influido no sólo en jóvenes y viejos escritores, pues su actividad múltiple lo llevó a investigar en los idiomas naturales asentados todavía en las diversas regiones de México, propiciando también el recurso de la traducción de las llamadas lenguas indígenas al español.
Tal trabajo de traducción es un enriquecimiento para el escritor hispanohablante, que de pronto descubre los modos de idiomas mucho más ricos en sonoridades que el español.
En esta breve exposición poética nos muestra trabajos más relacionados con la vida cotidiana, con esa forma de decir que es coloquial y, al mismo tiempo, con extensión hacia temas de profundidad intelectual que suelen apasionar a los humanos, como el amor, el origen de la vida, etc.
La colección ¿Ya leíssste? anda por las librerías de viejo y por las librerías de nuevo, a veces con un costo un poco mayor, pero no llega a los 20 pesos el ejemplar.
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Premio Nacional de Promoción de la Lectura
[1] Murió en la Ciudad de México en febrero de 2011. N del editor.